Por Lic. en Nutrición Patricia Vitale – Matrícula 7400 – IG @nutrisalud.america
Durante muchos años era cultural pensar que una persona “gordita”, como decían nuestras abuelas, era sinónimo de estar saludable y bien nutrida, de hecho, nos hacían comer todo el plato que nos servían sino se ofendían. En la actualidad esta moda a desaparecido gracias a los avances sobre la información en relación a la Nutrición y sólo se ha convertido en un recuerdo para aquellos que lo vivieron.
Para comenzar, vamos a establecer la diferencia entre alimentarnos y nutrirnos. El primer concepto habla simplemente de la incorporación de alimentos, el segundo término habla de un proceso más complejo que realiza nuestro organismo para incorporar nutrientes (Hidratos de Carbono, Proteínas y Las grasas o Lípidos, vitaminas y minerales) que provienen de los alimentos que consumimos a diario.
Ahora bien, no todos los alimentos nos brindan nutrientes necesarios para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo estos son aportados principalmente por las frutas, las verduras, las carnes (pollo, cerdo, vacuna, etc. (sin grasa visible), los lácteos enteros y descremados, las legumbres, el pan, las pastas, las frutas secas. Existe un principio nutritivo que nunca debemos olvidar de consumir este es el agua. La misma debe estar incluida en la dieta todos los días.
También existe otro factor que sólo la experiencia de las personas ha llevado a considerar fundamental , luego de la segunda guerra mundial se comenzaron a levantar hospitales de campaña en todo el mundo, en especial en Alemania, muchos niños habían quedado sin sus padres y comenzaron en primera instancia a morir por un tipo de desnutrición llamada MARASMO, los médicos decidieron darle a esos niños todos los alimentos necesarios para ver si podrían ayudarlos a sobrevivir, sin embargo esos niño, casi en su totalidad comenzaron a morir sin explicación aparente. Sólo sobrevivieron un pequeño grupo pero los médicos no entendían cuál era la causa, ya que todos era alimentados de la misma manera.
Muchos médicos se preguntaban qué pasaba con este grupo, ¿Cuál era la variable que había hecho que sobrevivieran?, y fue el Dr. Fritz Talbot quien decidió investigar qué era lo que estaba pasaba, entonces comenzó a visitar los Hospitales de Alemania y en uno de ellos vio a una señora que no estaba vestida de doctora ni enfermera, que llevaba en sus caderas un niño de un lado y otro de otro lado, entonces el doctor le preguntó al director del Hospital quién era esa señora, él le respondió que era la vieja Ana. La vieja Ana?, respondió asombrado al Dr. Fritz Talbot, si, si asintió el Director y agregó… ella es voluntaria, la dejamos aquí porque cuando los niños ya están prácticamente desahuciados, se los damos a ella y ellos mejoran , no sabemos qué hace pero los niños que ella cuida sobreviven. El Dr. Fritz Talbot se quedó unas semanas investigando sobre este fenómeno y detectó, construyó una hipótesis que los niños que morían, morían porque no eran abrazados.
Luego de este hallazgo, se realizaron varias investigaciones y las conclusión fue la misma .. Morían porque no eran abrazados .. Entonces convocaron a un montón de voluntarios para que pudieran alzar y abrazar a los niños. Así las curvas de mortalidad de esos niños comenzaron a modificarse positivamente. Después de esto varios investigadores partieron de esta experiencia e indagaron más sobre el tema y llegaron a la conclusión que los seres humanos no podemos vivir sin tener contacto.
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