Por Nella Martínez
Parafraseando a «Los Olimareños» diría:
«Viejo comercio que te vas,
Te doy mi último adiós,
Ya no te veré más»…
Vieja confitería «Yenny», cuántas veces atravesamos tus puertas y fuimos atendidos por don Milo, con su dulce trato. Y no lejos, en la cobranza, la atenta doña Nelly.
Entre las costumbres estaba encargar las hojaldradas empanadas de pescado, para Semana Santa,
si no , olvidate de saborearlas.
Así mismo, cada fin de semana, ir ni bien abrían a buscar las facturas para el mate, pues rápidamente desaparecían, y durante la espera intercambiar miraditas con algún chico o recibir papelitos de citas, ¿o no? Chicas..
Los cumpleaños no eran cumpleaños si no saboreábamos la milhojas o las masas finas de Yenny.
Y cuando practicábamos para los festivales, los deliciosos sandwichs de miga, las tarteletas o delicados bocaditos de nuez que nos convidaban, Nelly y Milo. Ellos SIEMPRE nos acompañaron en nuestras ideas y no sólo eso, participaron cantando en trío maravillosamente pues tenían voces privilegiadas.
Y hoy veo » la piqueta fatal del progreso» (nuevamente parafraseando a Los Olimareños) borra lugares de nuestra historia.
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